jueves, 9 de diciembre de 2010

JUBILONAUTAS


Voluntariado, una labor gratificante

Muchas personas que están a punto de jubilarse, o acaban de iniciar su jubilación, han encontrado en el voluntariado una actividad nueva a la que muy difícilmente hubieran podido dedicarse en el transcurso de su vida laboral y que los llena por completo. Se sienten útiles y, en más de una ocasión, imprescindibles.

SUMAR VIDA A LOS AÑOS


Ernesto Vollmer a sus 65 años se levanta a las seis de la mañana y acaba el día sobre las doce o la una de la madrugada. Desde que cruzó la frontera de la jubilación –provenía del mundo de la banca–, se ha dedicado por completo a los demás. No se resigna a estar parado. Es un hombre activo; lo ha sido desde siempre. «La edad no es obstáculo –dice con buen humor– para que uno, por el hecho de jubilarse, se quede sin hacer nada.
Su continua actividad le supera. «Pertenezco a VIACEMA, Voluntarios Informáticos Asociados en Centros de Mayores, una agrupación de voluntarios informáticos que se dedica a enseñar sus conocimientos a la gente que desea aprender. En el centro VIACEMA, se realiza una labor con doble vertiente. Por un lado, se ayuda en aulas abiertas a los que acuden a practicar informática que a través de los cursos ya han adquirido suficientes conocimientos y, por otro, los profesores voluntarios se ven en la necesidad de perfeccionar los conocimientos, para lo cual la Asociación procura clases de formación a formadores. «Debo confesar que desde siempre me han interesado las labores de carácter social y es en esta nueva etapa de mi vida, en la que estoy jubilado, cuando he podido dedicarme a ella. Dar clase es una actividad que me llena de ilusión porque la informática y más concretamente Internet pueden llegar a ser un apoyo muy importante, ya que te permite comunicarte y conocer gente nueva a la que contarle tus retos y tus ilusiones y por qué no tus miedos o preocupaciones».

Ernesto Vollmer organiza también actividades de ocio y excursiones para mayores desde Madrid y alrededores hasta la zona de Cuenca. «Esto último lo complemento con las clases de informática que imparto en uno de los 35 centros VIACEMA repartidos en Madrid. Tengo que decir que mis alumnos, prejubilados o jubilados, son todos excelentes y demuestran mucho interés».

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